Un pequeño recorrido por diferentes técnicas artísticas

domingo, 23 de mayo de 2010

El Espíritu del Caño

Igual que la música nos hace vibrar y a veces nos resulta imposible resistirnos a su ritmo, y nos invita a seguirla con nuestros sentidos y con nuestro sistema motor, creo que puede suceder esto con una pintura, por ejemplo, con una escultura o con una fotografía.
Tal vez seamos capaces de explicar qué o porqué nos motiva y lo más probable es que solo se trate de una emoción que se desata en nosotros, de una percepción, pero no logremos racionalizar ese sentimiento. Tal vez el autor se inspiró en algo que vio, o en algo que sintió, en algún acontecimiento que vivió o simplemente en una necesidad que le llevó a dejar escapar unas notas concretas.

Así pienso que el arte no tiene una explicación que satisfaga una idea puramente mental, algo que pueda ser medido o comprendido racionalmente. Tal vez no busquemos hallar una obra sino que la encontremos solamente liberando, dando salida a nuestro espíritu creador sin planteamientos previos, aunque tal vez también los haya. Puede que no tengamos necesidad de expresar algo concreto, de llegar a alguna meta con una creación artística sino que sencillamente se trate de una necesidad de liberar sentimientos, de manifestarnos como somos o nos sentimos sin planteamientos previos sobre qué, cómo o por qué.

Creo que en mi momento actual me encuentro en este caso, por eso lo que muestro no tiene para mí una explicación racional y no busco que nadie (el espectador) lo entienda ni llegue a ninguna conclusión, tan solo me gustaría que le produjera alguna emoción, alguna respuesta irracional, inconsciente o psíquica, pues simplemente un color o una forma, un sonido o un tacto por sí mismos, nos pueden provocar diferentes reacciones emocionales.

En mi "juego" con la técnica suelo descubrir hallazgos inesperados, efectos no buscados, resultados sorprendentes..., dejo que el "azar", entonces, haga su trabajo creativo y yo actúo más bien como espectadora que como creadora, aunque participo activamente con una función de selección e incluso con la puesta en marcha de los mecanismos pertinentes que me hagan localizar el hallazgo; es algo así como un aventurero o un explorador que se dirige a inspeccionar terrenos desconocidos para él mediante unas premisas conocidas, unos vehículos o herramientas adecuados y sobre todo con unas ganas de aventura, de descubrimientos, de experiencias novedosas, hasta que logra descubrir algo nuevo y precisa de compartir su satisfacción en el hallazgo.

Creada a partir de un único elemento fotografiado con una cámara digital, mediante técnicas de retoque y manipulación digital, me he permitido ir más allá del objeto representado, un caño de una fuente publica que llamó mi atención por sus posibilidades estéticas y expresivas, que muestro en la primera imagen con el título Brilla por su ausencia y cuya manipulación comenzó a dar lugar a una serie de hallazgos que a partir del Caño seco, sugerían nuevas figuras con las formas de las manchas de color que se iban produciendo, de manera que empecé a vislumbrar la forma de un gato tumbado creando dos series diferenciadas según se destaquen perfectamente o no las orejitas del gato, y cada una de las obras, por su colorido particular. Estas series las he bautizado un poco aleatoriamente ya que es difícil distinguir donde termina el Caño seco y empieza El espíritu del caño o donde termina éste y aparece el Gato durmiendo.

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